Chalet en venta en Abanilla, Murcia

Nos complace ofrecerle esta maravillosa Villa en Ricabacica, en Abanilla, a 2 km de Mahoya.
Esta propiedad se vende acompañada de olivares en el Partidor.
Esta, fue renovada en 2018 y tiene 175m2 construidos donde podemos encontrar el comedor, una cocina independiente con despensa y chimenea, 4 dormitorios y 1 baño. También cuenta con armarios empotrados, aire acondicionado y ventanas con doble vidrio.
La parte exterior se compone de 823m2 que albergan dos grandes jardines bien cuidados, llenos de frondosos árboles frutales, dos grandes terrazas, solárium, piscina de 2x4, un gallinero o perro guardián, un almacén, barbacoa, garaje para 3 coches, puerta eléctrica y todo está vallado.
Esta Villa está ubicada en una zona hermosa rodeada de naturaleza con vistas más que espectaculares. Si le gusta el entorno rural, dispone de muchas zonas para caminar y hacer rutas, además de estar cerca del Río Chícamo, un río de gran interés geológico, botánico y faunístico. Esta Villa también se encuentra a pocos minutos a pie de restaurantes y paradas de autobús.

Abanilla es un típico pueblo del interior de Murcia, que se asienta bajo la montaña El Zulum y disfruta de vistas sobre el paisaje fértil hacia el Parque Nacional Sierra de la Pila.

La ciudad es un laberinto de calles estrechas que se conectan a las pintorescas plazas con sus fuentes y monumentos. Construido en las laderas bajas del El Zulum, algunas calles son tan empinadas que se convierten en tramos de escaleras. La arquitectura central es tradicional, si bien a menudo sorprendentemente reciente. El palacio, la iglesia y las oficinas del ayuntamiento son todos edificios históricos notables.

Abanilla se encuentra a unas 1 hora y 15 minutos en coche hacia el interior, al oeste del aeropuerto de Alicante, y a aproximadamente 1 hora y 30 minutos en coche desde el aeropuerto de Murcia San Javier. La ciudad capital, Murcia, está a alrededor de 35 kilómetros de distancia. La zona circundante a Abanilla es muy fértil, con muchos árboles frutales y de frutos secos, así como una plétora de huertos que proporcionan productos frescos y saludables.

El paisaje se caracteriza por un paisaje extraño de acantilados de poca altura y profundos desfiladeros llenos de naranjos; la ciudad dispone de buenas instalaciones deportivas para tenis y fútbol, y los muchos kilómetros de tranquilas carreteras rurales son ideales para corredores de largas distancias y ciclistas aventureros por igual.

Hay muchas caminatas desde la propia ciudad, y si se siente con ganas de un desafío, pruebe la ascensión al El Zulum, una subida ardua que en pleno invierno suele lucir una cumbre nevada.

Abanilla es hogar de la típica cocina rústica de guisos y platos a base de carne, siempre aprovechando los productos locales.